jueves, 23 de octubre de 2008

Aseo Personal

La higiene en los niños



Según los expertos consultados, los hábitos higiénicos hay que crearlos en el niño, lo que es en extremo complicado, "puesto que requiere un trabajo intenso por parte de los padres". Según ellos, existen seis consejos prácticos para tener éxito en la tarea:




1. Los padres deben dar el ejemplo. Los padres, como referentes naturales del niño deben tener un hogar limpio y aseado. Además hay que mostrarle cómo uno se lava los dientes pidiéndole su compañía en el baño, explicándole qué es lo que está haciendo, para qué sirve el cepillo y la pasta dental.





2. Deben inculcarse hábitos desde temprana edad. Un niño siempre va entender más de lo que puede expresar, por eso es necesario que el padre esté constantemente especificando el porqué de cada acción higiénica y los beneficios sanitarios que reporta. Por ejemplo, decirle a un bebé de seis meses de vida mientras se le cambian los pañales "vamos a mudarnos para que no se te irrite el potito", él lo va a comprender, sostiene la pediatra chilena María José Ordoñez.





3. Regularidad. Los hábitos deben crearse a diario y manifestarse en cada aspecto de la vida cotidiana. En este caso los padres deben armarse de paciencia porque los resultados de su trabajo no se verán de inmediato, sino a largo plazo. Lo ideal es que las instrucciones que reciban los niños sean lo más simples posible. La complicación o perfeccionamiento deben ser paulatinos.
A partir de los dos años el proceso puede ser interactivo, es decir, hacer al niño partícipe de la limpieza personal. Por ejemplo: "¡Qué rico olor sale de la boca! ¿Te gusta?" O bien, preguntarle una vez que ya se la ha mostrado la solución (para esto se requieren lecciones regulares): "Listo, ya entré al baño, ¿Ahora que hago?", Entonces si el niño dice que "hay que lavarse las manos" uno lo premia con una sonrisa. En caso contrario, si responde cualquier otra cosa, jamás hay que decirle un "no", es mejor decirle "sí, y también lavarse las manos".




4. El niño debe contar con un ambiente preparado. Los artículos de aseo deben estar al alcance de los niños. La pasta dental no puede estar guardada en una repisa con llave, debe existir siempre papel higiénico disponible, etc. Si las condiciones no están dadas para que el infante realice sus labores de aseo aparecerá la desmotivación. El niño debe tener sus propios elementos higiénicos para que cuide de ellos y sepa en qué lugar se encuentran.




5. Cada momento de aseo debe ser grato. Jamás hay que decir "lávate el pelo porque si no te voy a castigar sin televisión". Por el contrario, es mejor mostrar el lado positivo de la acción: "que agradable es tener el pelo limpio". Relacionando este punto con el ejemplo que deben dar los padres, es importante que cuando el progenitor se asee demuestre el placer que produce para que el hijo vincule la acción con un bienestar.



La idea es no mostrarle el castigo por no asearse, si no los beneficios que trae. También es importante incorporar el factor lúdico del aseo personal, tratar de hacerlo un juego: "es bueno hacer reír al bebé mientras se la cambian los pañales, así lo asociarán con una sensación grata en vez del suplicio que para algunos niños significa", sostiene Ordoñez.



6. Hay que ser creativo. Si un método de creación de hábitos higiénicos no da resultados no hay que desesperarse, mucho menos caer en la reprimenda, es mejor buscar otro sistema. En el caso de padres con más de un hijo un sistema que dio óptimos resultados con el mayor no siempre será igual con el menor, en tal caso el padre debe tener la capacidad, y por sobre todo la paciencia, de innovar.

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